
El Papa Francisco con un artículo que ha escrito para la revista Vida Nueva, titulado “un plan para resucitar” nos invita a crecer en la esperanza que nace de la alegría pascual y así vivir estos tiempos de la Covid-19.
Desde la Conferencia Episcopal, desde la Archidiócesis de Mérida-Badajoz y la Delegación de Catequesis nos alientan a emprender la tarea de la catequesis con los medios y limitaciones que la situación actual nos impone, pero con ánimo renovado y creativo.
Todo esto nos ha llevado a tener en el mes de septiembre una reunión los catequistas de todos los niveles, desde infantil hasta adultos, para pensar y ver cómo iniciar el curso pastoral este año.
En la reunión que tuvimos establecimos unos criterios generales que posteriormente habrá que darles forma y concreción para cada nivel de catequesis.
No será igual para los que se preparan para la Primera Comunión como para los que ya la han hecho. Tampoco será igual para los de confirmación o para los adultos; pero en todos los niveles habrá sesiones presenciales de catequesis, participación en celebraciones y actividades que los catecúmenos realizarán en sus casas.
Las sesiones presenciales no serán semanales y los grupos serán de 5 o 6 catecúmenos y todos serán de la misma clase del colegio o del instituto. Evidentemente con mascarilla, distancia social y cada uno su material.
Participarán en celebraciones como la eucaristía, la confesión, oraciones y otras propias de cada nivel con carácter más mistagógico, como indica el Delegado para la Catequesis.
Y no faltarán actividades que realizar en las familias. Son los padres y las madres los principales responsables de la fe y necesitaremos de su colaboración para llevar adelante este proyecto.
Cuando todo esté programado se convocará a madres y padres para informales de cómo va a ser.
Lo más probable es que haya parones e interrupciones, pero queremos caminar tras las huellas de Jesús, también en este tiempo de pandemia.